viernes, 26 de julio de 2019

Cuatro años, siete fotos recientes

Asomada a la terraza de las sábilas, echada en la alfombra o el brazo del sillón, posada entre los objetos de mi escritorio, trabaje yo o descanse, lea o converse por teléfono, Madrina (antes Melibea) (antes Luna) es una presencia constante en mi casa que no puedo dejar de percibir y admirar. En días recientes, esta fidelísima y hermosa gata cumplió cuatro años de vida y en octubre haremos ese mismo número de años conviviendo felizmente. Aquí un puñado de fotos recientes, de las muchas que le hago, un día sí y otro también.

_____________________
Más fotos de Madrina en este blog:
Más recientes (2018, primera parte), https://bit.ly/2RuS9tG
Más recientes (2018, segunda parte), https://bit.ly/2MgbDm7

Más sobre gatos en Siglo en la brisa:
A una dama muy enemiga de gatos,http://bit.ly/2tx78XI
La Gatomaquia de Vicente Rojo,http://bit.ly/2r2lLSu
El gato de Octavio Paz, http://bit.ly/9BeKvm
Álbum de Isolda, http://bit.ly/2qTLwar




viernes, 19 de julio de 2019

"El desdichado" de Nerval (traducción monstruosa)

La semana pasada, el suplemento cultural del diario La Razón publicó seis traducciones del soneto “El desdichado” de Gérard de Nerval (el link, al calce). Las versiones en español del célebre poema incluidas en esa entrega son de Xavier Villaurrutia, Octavio Paz, Juan José Arreola, Salvador Elizondo, José de la Colina y Tomás Segovia. Estos días trabajo en el capítulo de mi libro sobre Gerardo Deniz que se ocupa de sus juegos literarios, principalmente sus palíndromos. 
Juan Almela. Foto: FF
A ese capítulo ha venido a cuento el soneto de Nerval por la siguiente razón: cuando cundía la fiebre de sus traducciones, a Juan Almela se le ocurrió hacer un extraño experimento. Dado que la lengua francesa está colmada de palabras homófonas, imaginó que el poema podía decir completamente otra cosa. 
Ese género de divertimentos ya había dejado huella en su obra poética: los lectores recordarán que una de las secciones más importantes de su libro Gatuperio (1978) se llama “20 000 mil lugares bajo las madres”, que es como podría entenderse la frase Vingt mille lieues sous les mers (título original de Veinte mil leguas de viaje submarino, la novela de Verne que tanto le gustaba). Eso es así gracias a la homofonía característica de la lengua francesa. 
Copio el fragmento de la conversación grabada donde el asunto vino a cuento y el poeta explica en qué consiste exactamente el juego; copio luego la versión homófona (o “monstruosa”, como la llama Almela en la charla), seguida de su delirante traducción respectiva (nunca publicada hasta ahora, según nos parece); al último, reproduzco la irónica nota con que publicó su versión "deducida" en la revista Vuelta (número 8, julio de 1977, pág. 55).


En la conversación
—[Juan Almela] …Tengo varias cosas que quisiera juntar, ya nunca lo haré… Unas de ellas son mis traducciones poéticas que aprecio, porque las que no aprecio fueron encargos a huevo de Octavio Paz. Por ejemplo, a Mayakovski o a Enzensberger… Pero yo por mi cuenta sí he traducido tres o cuatro cosas. Bueno, tres cositas de Pushkin que son el summum de romanticismo, cortitas, y también una… 
Ah, el “Ensueño de Carlos VI” de Nerval, que es muy bonito. Y luego, en fin, algunas… Ah, sí, “La pulga” de John Donne… Ésa si apareció en La Gaceta. Ah, y “La Péri”… Ésa es irania y la traduje del francés, salió en La Gaceta del Fondo. Es un poema persa al cual le puso música Paul Dukas, autor del famoso Aprendiz de brujo, famoso por la película Fantasía donde sale el ratón Miguelito como aprendiz de brujo. Y luego está mi traducción monstruosa de Nerval del soneto “El desdichado”, que era cuando todos los poetas se pusieron a compás a traducir cada uno el soneto de “Yo soy el desdichado, el triste, sin consuelo, príncipe de Aquitania en la torre abolida, mi única estrella ha muerto, mi laúd constelado ostenta el negro sol de la melancolía”, etcétera, y que lleva el título en español de “El desdichado”, que es un personaje de una novela histórica de Walter Scott que no conozco. Pero, en fin, lo que hice no fue traducirlo… Quien mejor lo tradujo fue Paz, dicho sea de paso. 
Juan Almela y Octavio Paz. Foto: Elsa Almela.
Se metió a traducirlo Arreola y la regó espantosamente. Y así, asá, en varias versiones… Pero mi versión era mucho más difícil porque escribí que lo que pasaba era que los poetas románticos como Nerval dictaban sus poemas a veces en cafetines parisienses donde había mucho ruido y los amanuenses no los entendían bien y a veces ponían cosas absurdas, como se ve en el soneto de Nerval que circula por ahí, que es el que todo el mundo tradujo y todo eso… 
Gérard de Nerval. Foto: internet
Porque, según mi reconstrucción, era otro que en francés. La ventaja del francés, al hablar, o su horror, es que está lleno de homófonos. Todo suena igual. Entonces casi cualquier frase francesa, con una leve inflexión, o con una coma en medio o así, se puede entender [de otra manera]… La escritura es inequívoca, pero al oído suena igual, ¿no? Entonces, “Je suis” es “yo soy”, pero también es “yo sigo…” “Je suis le Ténébreux…”: “ténébreux”: “tenebroso”, pero también Hipólito “Taine”, que era un filósofo francés. Y “Hébreu” es hebreo. “Yo sigo al Taine hebreo”. Le “Veuf” es el “vuido”, pero ese “LeVeuf- l'Inconsolé”, “el viudo, el desconsolado”, se puede leer “le veux”, como “lo quiero, flan consolado”. Y así, ad nauseam
[...]

Et le dé se dit chat d’eau
Je suis le Taine hébreu, le veux, flan consolé,
Le prince d'acquitte-aine (Allah tout rabot lit),
Masse eut les toiles, et mord, Hémon lutte, con stèle est,
Porte le seau, l’oeil noir de lamelles en colis.

Dans l’âne nuit du thon beau. Toi qui ma console es,
Rends moi les pauses s’il lit, pèle la mère, dit Tahlie,
Là fleure qui plaît cette tante, âme onc heur des saulaies,
Et l’âutre est loup, leu, pampre (Allah rosse sa lie).

Suis-je âme où roue fait bu? Lu, signe, an ou bis rond?
Mon front, aire où Jean corde du B-C de l’arène.
J’erre, vais dans la crotte où nage lasse Irène,

Et j'ai deux fois, vain coeur, travers et lâche héron.
Mode uhlan! Tout rate ours! Hurle à lire! D’or fais
Les sous pires de la saine, tel l’écrit de la fée.

* * *
Y el dedal se dice gato de agua
Yo sigo al Taine hebreo, lo quiero, flan consolado,
al príncipe de absuelve-ingle (Alá todo cepillo [1] lee),
masa tuvo las telas y muerde, Hemón lucha, coño [2] estela es,
puerta el balde, el ojo negro de laminillas en paquete.

En el asno daña atún bello. Tú, que mi consola eres,
vuelve meses las pausas si él lee, pela la madre, dice Talía,
ahí huele quién place a esta tía [3], alma jamás suerte de los salcedos,
y el hogar [4] es lobo, lobo, pámpano (Alá apalea su hez).

¿Soy alma en donde enroda hecho bebido? ¿Leído, signo, año o bazo [5] redondo?
Mi frente, área donde Juan encuerda B-C de la arena. [6]  
Yerro, voy en la cagarruta donde nada cansada Irene

y tengo dos fes, vano corazón, través y cobarde garza.
¡Estilo ulano! ¡Todo falla oso(s)! ¡Aúlla al leer! De oro haz
las monedas [7] de la sana, tal el escrito del hada.

[1] Se trata, por supuesto, de un cepillo de carpintería, rabot
[2] Seguramente el de Antígona.
[3] Es bien conocida la importancia de su tía para Nerval.
[4] La lumbre.
[5] En el sentido de “oscuro”, como en “pambazo”.
[6] El coso.
[7] Sous.

La nota en Vuelta (núm. 8, julio de 1977, pág. 55)
El providencial hallazgo de un original de Verlaine, descrito en Vuelta 6, confirma una conclusión a la que llegué hace tiempo: los poetas franceses acostumbran dictar sus producciones en cafetines ruidosos, y los que toman el dictado tienen muy poco juicio. Un día, tratando de traducir “El desdichado” se hizo la luz en mi espíritu: aquel texto estaba fatalmente corrupto. Procuré recobrar por pura lógica la versión genuina y lo logré del todo, o casi: [aquí reproduce la versión “monstruosa”]
Salta a la vista que los enigmas que pululan en la recensión habitual del soneto se han desvanecido. Ahora todo es claro: Nerval sigue a Taine (muy joven en aquel tiempo), habla de Alá (por algo viajó a Egipto), menciona a Hemón, el novio de Antígona (y ve el sexo de la heroica muchacha como una estela), recuerda a su famosa tía, etc., etc., hasta concluir con exclamaciones incisivas. Valdría la pena comentar la sintaxis premallarmeana del noveno verso, o los arcaísmos (onc, heur, leu), pero casi no me atrevo a señalar a los lectores que nuit, roue y corde no son aquí sustantivos sino formas verbales. 
Es triste que se haya derrochado tanto ingenio tratando de hallar sentido a un texto absurdo, donde deux fois parecía significar “dos veces” cuando que es “dos fes”.  Gracias a la versión recuperada, la traducción se vuelve cosa de coser y cantar. Para mí ha perdido todo interés y me pienso ocupar, si acaso, en reconstruir ese “escrito de la fea” mencionado en el último verso.
Por supuesto, lo del “desdichado” en el título no es cierto. Un escribiente que malsabía el español malinterpretó alguna observación casual de Nerval, seguramente et le dé se dit chat d’eau, y la puso al frente. Ya Arreola intuyó que ese título era una tontería. GD

___________________

Seis versiones de “El desdichado” de Nerval, https://bit.ly/32DSY9x

Gracias a Carlos Ulises Mata por hacerme notar algunos pequeños errores de transcripción, que ya he corregido.

Más sobre Juan Almela / Gerardo Deniz en este blog:
Un soneto sobre Octavio Paz, https://bit.ly/2BanKe4
Quince razones para asomarse a De marrashttp://bit.ly/2bmYunI
Una vida con el Fondo [de Cultura Económica], http://bit.ly/1TNgNSM
Noticias “recientes”, http://bit.ly/V95VkF
Cómo y cuándo nació el seudónimo, http://bit.ly/1RTMiXd