Nunca había
tenido en las manos un ejemplar de la primera edición de El son del corazón de López Velarde que conservara la camisa. El
que estuvo en mi poder durante unos días de 2013 pertenece a mi joven amigo
Alan Suárez, quien lo encontró por unos pesos en Donceles, descamisado pero intacto, y me lo prestó
para inspeccionarlo y hacerle un post
(el link, al calce).
El pasado
viernes, en el acto de inauguración del Fondo Ramón López Velarde de El Colegio
de San Luis, pude hojear por fin un ejemplar completo de aquel libro
velardiano póstumo que el Bloque de Intelectuales Obreros publicó en 1932 (y del que hay, por cierto, una edición facsimilar de 2004).
Completo, aunque no intacto: a juzgar por su aspecto, el valioso ejemplar, del que mi querido amigo, el doctor Israel Ramírez, me dice que hay otro en venta en internet por diez mil pesos, ha llevado una vida ardua, aunque seguramente no tanto como la que llevó el egregio único manuscrito de “El sueño de los guantes negros”, que aparentemente fue tachado, mojado, quemado, intervenido…
Completo, aunque no intacto: a juzgar por su aspecto, el valioso ejemplar, del que mi querido amigo, el doctor Israel Ramírez, me dice que hay otro en venta en internet por diez mil pesos, ha llevado una vida ardua, aunque seguramente no tanto como la que llevó el egregio único manuscrito de “El sueño de los guantes negros”, que aparentemente fue tachado, mojado, quemado, intervenido…
Igual que aquel viejo documento, que en tres años cumplirá cien de
haber recibido la única versión que conocemos de uno de los poemas más
fascinantes del poeta, y que apareció por vez primera completo en El son del corazón, el ejemplar de su libro póstumo que desde el viernes
pasado atesora el Fondo que lleva su nombre en la Biblioteca Rafael Montejano y
Aguiñaga parece que pasó todo género de pruebas antes de llegar a
nosotros con todo y su camisa (al parecer diseñada, cosa notable, por Fermín Revueltas).
Felicidades,
por supuesto, al Colegio de San Luis, por tan oportuna fundación: a la distancia de cuatro años
del centenario de la muerte de López Velarde es una estupenda noticia que se
abran nuevos espacios de estudio de un poeta al que no hemos acabado de conocer
–y que quizás no siempre hemos estudiado de la mejor manera. Felicidades a
Israel Ramírez, motor del proyecto, y a todos sus colegas. Y gracias,
finalmente, por invitarme a participar en la ceremonia de la puesta en marcha del Fondo
con una conferencia precisamente sobre el gran poema inacabado de López Velarde.
Aquí unas fotos que documentan los tres felices días que acabo de pasar en San
Luis.
Templo de San Francisco, donde está el candil al que López Velarde dedicó un poema. |
Imagen metafísica, 1. |
Imagen metafísica, 2. |
Rincón del notable Centro Nacional de las Artes de SLP. |
Ejemplares de Sobre las íes (FCE, Madrid, 2016) en la librería Educal del Centro Nacional de las Artes de SLP. |
Serenidad. |
Cactus regalo de Israel Ramírez y el Colsan que pasó las de Caín para atravesar la zona de seguridad del aeropuerto de SLP pero que acabó llegando sano y salvo a la Ciudad de México. |
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Daniela y yo. SLP, la tarde de ayer. Foto: FF |
Todas las fotos de este post fueron hechas con mi teléfono celular.
El Colegio de San Luis en la red: www.colsan.edu.mx
El Colegio de San Luis en la red: www.colsan.edu.mx
Más sobre López Velarde en este blog:
Sobre un
ejemplar de El son del corazón, http://bit.ly/1ggNc03
David
Huerta dialoga con López Velarde, http://bit.ly/1UHngzi
El amigo asturiano de Ramón, http://bit.ly/b1iBm5
Alfonso
Camín en la muerte de López Velarde, http://bit.ly/1j1hHJt
El candil
(imágenes), http://bit.ly/1hpixv4
Ni sombra de disturbio ante la crítica, http://bit.ly/1TKynU0
Luis Mario Schneider, http://bit.ly/1fEvsw4
Martha
Canfield analiza “Mi prima Águeda”, http://bit.ly/1kUH7pz