Hace unos
veinte años, por la época en que hablé por teléfono unas cuantas veces con
Octavio Paz, poco después de marcarle en alguna ocasión, cuando nadie tomó la
llamada y en cambio escuché su voz en una contestadora automática, le pedí a mi
primo Jose –que por entonces dirigía una estación de radio– que recabara aquel
singular testimonio de la voz del poeta casi con toda seguridad destinado a
perderse.
Entusiasmado
con la idea, mi primo mandó grabar la voz de Paz y decidió aprovecharla él
mismo para hacer un anuncio promocional de su estación. Confieso que no me gustó el resultado: el sentido del humor con que el material fue sazonado no me
pareció precisamente agudo. Entiendo que el público que oía Radioactivo, quizás
la emisora juvenil más original y exitosa de los años noventas en México, no lo hubiera
apreciado si no era en aquellos términos y por eso nunca dije nada. Ahora, con
el paso del tiempo, he llegado incluso a agradecer que lo utilizaran aunque hubiera
sido de esa manera porque de otra forma igual habría acabado perdiéndose.
Hace poco
menos de un mes, cuando conversaba con mi primo en su departamento en el
edificio de Mario Pani gemelo a aquel en el que Paz vivió hasta poco antes de
su muerte, y veíamos frente a nosotros a través de las ventanas abiertas aquel
edificio del otro lado de Reforma, se me ocurrió preguntarle si conservaba la
grabación. Me contestó que no pero que sabía quién podía tenerla. Era verdad: sólo
unos días más tarde me envió por correo electrónico el promo de Radioactivo. Pensando en Siglo en la brisa, yo le pedí a mi vez a Jonathan López Romo –productor
de La Feria Carrusel de Libros– que entresacara el mensaje telefónico original para
dejarlo tal como era a principios de los años noventas.
Desde luego, conservamos
el recurso que los productores de mi primo idearon para no divulgar a los
cuatro vientos el número telefónico de Paz, en parte porque tengo la impresión,
aunque a mí nunca me contesta nadie, de que debe seguir en uso. Como comprobará
quien escuche el enlace que copio más abajo, el texto de la grabación es
perfectamente estándar:
“Habla
usted al 5-11… Le rogamos que, después de oír la señal, deje usted su nombre,
su número de teléfono y su mensaje. Le contestaremos en cuanto nos sea posible.
Muchas gracias.”
Sin
embargo, algunos de los usos del habla, o quizás mejor dicho de la lectura en
voz alta de Paz, aparecen en él, y a pesar de su brevedad hay hasta tres inflexiones
características de su forma de expresarse. Copio de nuevo el mensaje pero esta
vez lo comento entre corchetes:
“Habla
usted al 5-11…
Le rogamos
que [aquí una coma, claramente marcada]
después de
oír [aquí una pausa característica]
la señal,
deje usted [aquí un quiebre típico de su dicción:]
su nombre,
su número de teléfono [aquí un remate de frase clásico suyo:]
y su mensaje. Le contestaremos en cuanto nos sea posible. Muchas gracias.”
Sólo me
resta añadir que he buscado a Marie-José Paz repetidamente pero no he
conseguido hablar con ella para compartirle la grabación; también para decirle
que, ya que se trata de una curiosidad inocua, he decidido compartirla con
quienes leen este blog. En 2008 me reuní con ella en varias
ocasiones con motivo de una antología de Paz que hizo la Dirección de
Publicaciones de Conaculta y le guardo toda mi consideración. Confío en que no
le molestará que dé a conocer este inusitado testimonio de la voz del máximo
escritor mexicano del siglo XX.
Para oír la voz de
Octavio Paz en su contestadora automática, haz clik aquí:
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Los
retratos de Octavio Paz son del fotógrafo Juan Rodrigo Llaguno, a quien agradezco que me permita reproducirlos. El primero de ellos fue
portada del número que Viceversa
dedicó a la revista Vuelta (número
43, diciembre de 1996).
La imagen
de Instagram que muestra el edificio
de Mario Pani en el que vivió Paz es de mi primo, el cineasta Jose Álvarez. Su
última película es Canícula. Aquí se puede ver un corto: http://vimeo.com/63601876
El
promocional de Radioactivo puede escucharse en http://bit.ly/11GmJkM
Más
grabaciones telefónicas en este blog,
http://bit.ly/Z7aZIE
Octavio Paz
en Siglo en la brisa:
Nagara, el
gato que una noche rasguñó a Lévi-Strauss, http://bit.ly/TAg6AJ; Juan
Miranda retrata a Paz en el velorio de Juan Rulfo, http://bit.ly/XJsi1s
Qué curiosidad de la vida cotidiana del poeta Octavio Paz. Me gustó la entrada. Un abrazo desde el Perú.
ResponderEliminar¡Gracias por compartir! Es una "nimiedad" muy bonita.
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