Una de las infinitas felicidades que me ha proporcionado nuestra convivencia de
todos los días es que ha servido de modelo para mis ocios
fotográficos. Yamita cumplió esta semana un año, lo que me da motivo para
publicar una pequeña selección de las imágenes que he reunido de ella. Para otra vez quedará el relato pormenorizado de nuestra relación y las muchas observaciones que he hecho durante este tiempo. Las publico en
el orden contrario a como las tomé: de esa forma, quien les eche un vistazo conocerá cómo es la gatita el día de hoy y poco
a poco presenciará su rejuvenecimiento hasta alcanzar el aspecto que tenía cuando la vi
por primera vez. (La última escala de este viaje a la semilla, por cierto, no es
una foto sino algo más expresivo y conmovedor.) A lo largo de los
últimos meses he tenido visibles algunas de estas fotos, ya sea como fondo de
pantalla en mi computadora o como entradas en mi página de Facebook, así que publicarlas en
conjunto es una manera de hacer un recuento de mi último año desde una perspectiva muy particular. Dedico este post a Fernanda y José Santos, en cuya
casa nació Yamita en una camada de seis gatos el 3 de septiembre de 2011 —él fue quien la bautizó con ese nombre debido a la pequeña llama de color
anaranjado que tiene en la frente—. Seis semanas después, la pusieron en mis
manos. También, a Florencia Molfino, quien la trajo a mi casa entre las suyas, envuelta en un trapo de cocina, el tercer domingo de octubre del año pasado.
(Para ver el video, pulsa el signo de play)
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El Maestro, http://bit.ly/P581fq
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