Tales son, sin embargo, la complejidad y la profusión de elementos de los que echa mano el texto dramático que primero tuve que aclararme yo también lo que sucede en él y me vi en la necesidad de escribir primero una sinopsis general de la obra, ya que las que leí me parecieron incompletas y hasta confusas, especialmente la de Hofmannsthal (en la foto arriba de estas líneas). Después de fijar el encadenamiento de los hechos, para lo que conté con la ayuda de Sergio, escribí los textos correspondientes a cada acto. La primera versión resultó demasiado larga y mi amigo director los editó hasta dejarlos en las dimensiones apropiadas. Sobre esa nueva versión yo hice algunos retoques aquí y allá, para llegar a las que serán dichas en escena.
Espoleado por un imborrable recuerdo de hace treinta y cinco años, cuando
descubrí el teatro en una escenificación de una compañía española de un par de
obras de Valle Inclán, me ofrecí a decir yo mismo los textos, aunque mi
idea no pasaba de leerlos tras bambalinas. Sergio me invitó a
salir a escena y yo no pude sino aceptar. Si al principio iba a estar solo en
proscenio, él tomó la decisión de que me acompañara una bailarina especializada
en la danza Odissi, de la zona india de Orissa, una talentosa y hermosa
muchacha llamada Shaheen Saliahmohamed,
originaria de las Islas Mauricio, quien hace una interpretación simultánea de mi relato conforme lo voy diciendo.
Sin adelantar nada más que lo necesario, contaré los antecedentes de la trama, digamos que lo que deberíamos de saber
al asistir a la escenificación: un Emperador de las Islas del Sureste sale de
cacería una madrugada llevando en su brazo a su halcón rojo. De pronto,
descubre una gacela. En el momento en el que el ave quiere herir a la gacela,
ésta se transforma en una joven de una belleza resplandeciente que resulta ser
la hija de Keikobad, Señor de los Espíritus.
A pesar de sus diferencias, la joven
divina y el emperador humano se enamoran de inmediato. De las alturas del mundo
espiritual del que ella procede, una sentencia dicta que la unión será posible
sólo si la hija de Keikobad es capaz de engendrar hijos, y por lo tanto
proyectar la sombra que, como ser inmaterial, le es ajena. Si al cabo de un año
no lo consigue, ella será devuelta al mundo intangible de su padre y el
Emperador de las Islas del Surteste recibirá un castigo ejemplar: será
convertido en piedra. Cuando empieza la obra, faltan tres días para que se
cumpla el plazo…
El elenco, que es de magnífica calidad, reúne a cantantes de México y
varios países europeos. Ellos son Carlo Scibelli, tenor ítalo-estadounidense,
quien interpretará al Emperador de las Islas del Sureste. El papel de la
Emperatriz lo hará la soprano australiana Rebecca Nash y el de la Nodriza la
mezzosoprano polaca Malgorzata Walewska.
El tintorero Barak será interpretado por el bajo-barítino mexicano Noé Colín y el
papel de su mujer lo hará la soprano rusa Olga Sergeyeva. La escenografía es de Philippe
Amand, de quien también es la iluminación, crédito que comparte con Sergio Vela.
El vestuario es de Violeta Rojas y las coreografías son de Ruby Tagle.
Un par de aspectos importantes y característicos de este montaje es que el
escenario aparece enriquecido con algunas piezas de escultor mexicano Jorge
Yázpik, un querido y viejo amigo mío del que, como saben los lectores de Siglo en la brisa, tengo una pequeña pieza sobre
mi escritorio de la que todos los días saco lecciones de buen gusto y
armonía… Además de la escultura, Sergio Vela hace uso de la danza: un grupo de bailarines representan a algunos cantantes, ausentes en escena en ese momento de la representación y tres muchachas incluso vuelan —una de ellas Isolda, la hija adolescente de Sergio, que encarna la mágica visión del halcón rojo.
Para mí lo más curioso de todo el asunto es que el azar y la generosidad
de mi amigo director me han deparado el apelativo de Narrador: que el Narrador
se presente en el escenario; que en maquillaje ya están esperando al Narrador; que
hay que ver cómo el Narrador se las arregla para no venir a este ensayo o el
otro. Esta semana he puesto punto final a la narración a la que dediqué parte
de mi tiempo durante los últimos diez años de mi vida. Empecé a escribirla cuando estaba en
Oviedo y sólo hace unos meses descubrí la clave de su estructura y pude por
fin dar el orden definitivo a sus capítulos. Así que en el hecho de que alguien
me llame El Narrador, a mí que he publicado sólo libros de poemas, hay algo que hace cierta justicia a mi trabajo de la última década.
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El estreno de La mujer sin sombra
será este jueves, 3 de mayo de 2012, y las funciones se llevarán a cabo los
días domingo 6, martes 8 y domingo 13 de mayo. Los martes y jueves darán
comienzo a las cinco de la tarde y las de los dos domingos serán, como de
costumbre, a las seis.
Más sobre Sergio Vela en este blog,
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