domingo, 14 de octubre de 2012

Ruinas de Antigua


Una idea me acompañó durante los tres días que pasé en Antigua, y se la oí al arquitecto Carlos Mijares la tarde que grabé su diálogo con Alberto Kalach: como lo que va a construirse está en riesgo de no ser concluido o acabará en la destrucción y el abandono, hay que proyectarlo pensando en que al menos deje buenas ruinas
En el siglo XVIII, la capital del "reino" de Guatemala vivió un inusitado esplendor que se reflejó en una extraordinaria arquitectura. Hay quien afirma que el arco temporal de ese auge se extiende entre dos fechas, las de dos movimientos telúricos, uno en 1717 y el otro en 1773. El primero de aquellos terremotos, los dos más fuertes entre decenas de ellos, alertó sobre la necesidad de hacer una arquitectura más resistente; el segundo, que fue tan destructivo que rebasó todas las prevenciones conocidas, aconsejó renunciar a los despojos y abandonar la ciudad. Casi dos siglos y medio más tarde, la ciudad ofrece el esplendor de sus ruinas coloniales como quizás ninguna otra en América. 
El conjunto arquitectónico que prevalece en aquel valle dominando por tres volcanes, en el que vivió, escribió y está enterrado el gran Bernal Díaz del Castillo, parece una fábula del tiempo: la portentosa historia de Europa, con su Renacimiento y su Biblia, sus emperadores y sus catedrales, su humanismo y su latín, nada pudo hacer contra la geografía desnuda de América. Un amigo, profesor de mitología y griego, me dijo que al visitar alguna de aquellas iglesias echadas por tierra con tanto dramatismo tuvo la sensación de que allí había estado un gigante destrozando a patadas cuanto encontró a su paso. 
Las bellísimas ruinas que han quedado, algunas cuidadosamente mantenidas y reparadas, dan cuenta de los ideales con que fueron alzados aquellos edificios en una realidad que resultó más poderosa que ellos. Casi mil fotos tomé en mi breve estancia en la antigua Santiago de los Caballeros de Guatemala. Ofrezco una muestra mínima a quienes suelen echar un vistazo a Siglo en la brisa.











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Las fotos que conforman este post fueron tomadas entre el 7 y el 9 de octubre pasados en la vieja Catedral de Santiago de Guatemala, hoy Antigua, y las iglesias y conventos de Santa Clara, Capuchinas y La Recolección. La que abre la entrega corresponde al Templo de la Concepción. La que acompaña esta nota es de Florencia Molfino, quien volvió maravillada —igual o más que yo— de tanta belleza colonial.

Las imágenes que ilustran el texto que las antecede son, en este orden, del día que asistí al diálogo entre Mijares y Kalach, el 11 de septiembre de este año; de la lápida de Bernal Díaz del Castillo en la catedral de Antigua; por último, de un ejemplar de la Breve descripción de la noble ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala y puntual noticia de su lamentable ruina ocasionada de un violento terremoto el día veinte y nueve de julio de mil setecientos setenta y tres, que se conserva en el Museo del Libro Antiguo de esa localidad.

Más sobre arquitectura en este blog:
Carlos Mijares en Michoacán, http://bit.ly/QFoXOY
A las vueltas con Vladimir Kaspé, http://bit.ly/sSM2Ql

1 comentario:

  1. Padrísimas. La construcción sin techo que tal vez es un templo se parece mucho a una que está en Zacatecas, increíble también.

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