viernes, 5 de julio de 2019

A propósito de Oscuro escarabajo (cuestionario)

Mario Alberto Medrano, en otros tiempos colega mío en la desaparecida Escuela de Escritores de México, me mandó un cuestionario a propósito de la aparición de Oscuro escarabajo (Monte Carmelo, 2018). Las preguntas y las respuestas acaban de publicarse en el Periódico de Poesía gracias a la generosidad del poeta Hernán Bravo Varela, director de la revista universitaria (el link, al calce). He aquí un fragmento.

Por Mario Alberto Medrano
Considero que Oscuro escarabajo es un libro de poesía en el que el sujeto no pierde, en ninguno de los poemas, la atención al detalle, su ojo está interesado en aquellos pequeños elementos que lo rodean. ¿Coincides con esta observación?
Yo creo que los todos detalles, aun los que parecen insignificantes, son importantes en la poesía. Los poemas que más nos gustan están llenos de detalles que nos entusiasman; pienso en La Gatomaquia o en Ifigenia cruel, por mencionar los primeros que me vienen en este momento a la cabeza. 
Sé que te refieres a otra cosa, a que los poemas del libro se ocupan de los detalles del entorno, y eso también es cierto. Una de mi actividades preferidas es la observación sobre todo porque me tranquiliza y alecciona. De hecho, leer no es sino observar atentamente las palabras, como detalles que se van acumulando hasta dibujar la figura completa que también observamos. La realidad, como la buena poesía, está repleta de detalles que hacen que valga la pena vivir en ella.
Creo que el ritmo es –casi– todo en el poema. En los tuyos, a través de tu combinación de heptasílabos y endecasílabos, vas marcando la música de lo que quieres decir. ¿Consideras tu poesía más musical que visual?
Yo diría que el ritmo lo es todo en la poesía. En Oscuro escarabajo hay el género de versos que señalas, pero también otros, no todos de métrica italiana. Sin embargo, mis poemas tienen un elemento visual y por eso adviertes en ellos unos versos cortos y otros largos, en sucesión y juego permanente. 
A tal grado el ritmo lo es todo, que ese recurso visual tiene, también él, en última instancia, el objetivo de abonar al ritmo de los versos, el cual, como ves, depende también del aspecto formal del poema. En específico, los versos largos responden a algo más, a una suerte de narratividad cuya cuerda basta y algo grosera, por decirlo de alguna manera, tiene la aspiración última de entretejerse con el hilo de oro de la poesía.
[…]
¿Por qué elegiste Oscuro escarabajo como título de tu libro?
En cierto sentido me pareció la frase más afortunada del libro y por lo tanto aquella con la que podía titularlo. No por tratarse de un heptasílabo, desde luego, sino porque se produce en ella un tipo de fenómeno que me gusta, que ocurre en parte de la poesía que más me entusiasma, y que tiene que ver, en este caso en concreto, con el juego de las sílabas “oscu” y “esca”, escuchadas de manera sucesiva en la frase “oscuro escarabajo”. Ese poema, además, se refiere a una postura ante la escritura que es cada vez más la mía.
Creo que en el panorama de la poesía mexicana actual, eres de los pocos poetas que atiende con tan esmero la forma, ¿cuéntame un poco de tu trabajo en cuanto a métrica, rima, acentuación?
Hace rato te dije que en la poesía el ritmo lo es todo. Me equivoqué: el ritmo y la forma lo son todo (y la emoción, desde luego, y a veces la profundidad y algunos otros valores en los que ahora no entro). El que no se atienda con esmero la forma es una de las causas por las cuales carece de interés la mayoría de la poesía que se publica en México. Todos los poetas que admiro, contemporáneos o no, sin ninguna excepción, atienden el problema de la forma como un asunto esencial de la poesía.
[…]
Háblame, por favor, del gran poema, así lo considero yo, sobre las nubes que se incluye en Oscuro escarabajo. Creo que es un paréntesis dentro de libro, otra forma de entender el movimiento, otra manera de ver el paso del tiempo, también, una forma de viaje interna y es, quizá, otra voz poética dentro de todo el conjunto.
Era, y hasta cierto punto sigue siéndolo, un poema unitario, aunque esté despiezado a lo largo del libro. Lo escribí cuando empezaba a dar forma al volumen: estaba preocupado por resolver su arquitectura interior y no lo conseguía satisfactoriamente. Un día me di cuenta de que si lo partía en seis fragmentos y limitaba con ellos cinco grupos de cuatro poemas cada uno, la estructura del libro quedaba resuelta. Me gusta que esos cinco grupos de cuatro poemas, de temas establecidos y específicos, estén separados por unas breves líneas que nos recuerdan cada cierto número de páginas lo pasajero y fugaz sobre lo que está fincado todo, ese tipo de cuestiones sobre las que aleccionan las nubes a quienes se toman el tiempo de observarlas.
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Háblame de las intertextualidades que hay en tu libro, de aquellos autores con quienes dialogas al momento de escribir poesía.
En los poemas del libro hay efectivamente algunas alusiones a otros escritores. Eso se explica porque, al escribir, se me aparecen de cuando en cuando algunos de los pasajes que más me han impresionado de cuanto he leído. Ocurre sobre todo con la obra de algunos autores del Siglo de Oro. Hasta donde creo, en Oscuro escarabajo hay un solo verso citado de manera literal, razón por la cual está reproducido en letras cursivas. 
Procede de un soneto erótico del Capitán Francisco de Aldana, uno de los poetas que más admiro. Lo incorporé de manera natural en el momento de escribir el poema y luego lo dejé porque me pareció que decía con precisión y belleza algo que en ese momento necesitaba decir yo. Por cierto, una vaga referencia al mejor Aldana, que es el de la “Carta para Arias Montano”, vuelve a aparecer unas páginas más adelante, en “Hojas, plantas, flores”, pero esta vez de manera más sutil; sin embargo, ese poema no está inspirado en su obra sino en un romancillo de Góngora que me encanta, el que empieza diciendo “Frescos airecillos”. En el libro hay todavía otro poema, “Leandra”, enteramente dedicado a jugar con un pasaje de Cervantes que está al final del primer Quijote, y también hay una especie de versión libre de uno de los cantos más conocidos de Catulo, el del pájaro con el que se divierte Lesbia, tema que se repitió hasta el cansancio en el Siglo de Oro, con todo y la divertida identificación entre el pájaro y el miembro viril en la que no siempre se repara.
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La entrevista completa puede leerse aquí: https://bit.ly/2J70JNI

Más sobre Oscuro escarabajo en este blog:
Un poema y una entrevista, https://bit.ly/2V2lttd
En la imprenta, https://bit.ly/2OvdNM5
Primer ejemplar, https://bit.ly/2SWcER8
La edición, https://bit.ly/2EKrpCL
Mesa de presentación, https://bit.ly/2IR0NlU
El maestro de ética, https://bit.ly/2NMSLK8
Tendido eléctrico, https://bit.ly/2FRjAdx








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