viernes, 11 de enero de 2019

Oscuro escarabajo (entrevista y poema)

Mis amigas editoras de Este País, Julieta García, directora, y Claudia Benítez, responsable del suplemento cultural, me propusieron contestar a un cuestionario a propósito de la aparición de Oscuro escarabajo
La pequeña entrevista apareció en el número de noviembre de esa publicación, acompañada del poema que da título al libro. Comparto esos materiales con quienes siguen este blog. Agradezco, por supuesto, a ellas el generoso espacio en la revista y aprovecho la ocasión para anunciar que el libro se presentará el próximo sábado 26 de enero, a las doce del mediodía, en la Galería López Quiroga.

Oscuro escarabajo 
A Beatriz

Te prometo,
                  pequeño escarabajo
que descubro en mi mesa
al regresar de un viaje,
                                    réplica exacta casi
de uno de esos oscuros
escarabajos que los viejos
egipcios colocaban en el pecho de las momias
para que el día del Juicio
no fuera el corazón a alzar contra el difunto
adverso testimonio–;
                                te prometo,
extraño escarabajo inesperadamente
hallado entre mis cosas,
tallado igual que aquellos otros
con un hermoso epígrafe cuyo significado desconozco,
te prometo que te colocaré
cerca de mí
                  y allí he de mantenerte bien visible,
como un recordatorio,
en un sitio eminente en mi escritorio,
para que todo lo que diga
o escriba salga límpido del fondo
de mi corazón;
                       y de esa forma, extraño
y mínimo, y oscuro escarabajo,
delante del tribunal
que ha de juzgarme al irme de este mundo,
cuando mis actos sean analizados,
y mi declaración
estudiada al trasluz,
                          y examinadas una a una mis palabras,
no tengas, ni tú mismo
ni otro idéntico a ti,
                               que vigilar
el testimonio de mi corazón ni temas
que pueda desdecirme.

Cuestionario
1. ¿Por qué tardaste tanto en publicar un nuevo libro de poemas?
Los ocho años que han transcurrido entre 2010, cuando publiqué mi último libro de poemas, y la aparición de Oscuro escarabajo, no son tanto tiempo para mí. De las relaciones que sostengo con mi entorno, las que pasan por las palabras son las que más disfruto y me estimulan, y la poesía es el lugar en donde esa experiencia ocurre con mayor intensidad. 
Sin embargo, los poemas casi nunca salen completos ni me dejan satisfecho. Hace mucho aprendí a no forzar las cosas y por eso en casi treinta años no he publicado más que una plaquette, dos pequeños libros y un poema suelto. Mi plaquette de 1990, El ciclismo y los clásicos, respondió a la invitación de mi amigo y primer editor, Luis Mario Schneider; Ora la pluma formó parte de un proceso de rectificación a una vida, la mía, que para 1999 me pareció que había extraviado el rumbo; cuando publiqué Palinodia del rojo, en 2010, libro que reúne apenas 16 poemas escritos a lo largo de once años, pensé que publicaba mi despedida del género, o en todo caso la última manifestación de mi deseo de aferrarme a él; con esa misma sospecha en mente di a conocer en 2016 Chirimoya, el único poema que había escrito durante el último lustro. 
Afortunadamente cuando más lo necesitaba descubrí las sabias palabras de Auden: ante sus propios ojos, un poeta “sólo lo es cuando hace la última corrección de un nuevo poema, ya que antes de eso sólo era un poeta en potencia y después es alguien que dejó de escribir poesía, quizás para siempre”. Con una salvedad, Oscuro escarabajo, mi nuevo libro, reúne 26 trabajos escritos en un corto lapso (entre 2015 y 2016), algo excepcional en mi experiencia con la poesía, por lo cual es mi primer libro de poemas que surge como un hecho unitario y autónomo.
2. Tienes un blog, ¿por qué seguir publicando en papel?, ¿cuál es la diferencia que ves? 
Me parece que son vías distintas, complementarias. Una no contradice a la otra. Mi blog me ha permitido escribir y publicar todas las semanas de la última década con la independencia absoluta que es vital para mi forma de ser. Con todo, aunque leo y escribo en línea, mi mundo está en el papel impreso. El año entrante se cumplirán diez años de la fundación de Siglo en la brisa y lo celebraré con la publicación de un libro para el cual ya hay editor. Estoy seguro de que las 250 páginas que tendrá Viaje alrededor de mi escritorio, que es como va a llamarse el libro, serán algo distinto pero también complementario de lo que ha sido mi cuaderno en línea.
3. También eres ensayista, ¿cómo se mezclan estas dos formas de creación?, ¿cómo las combinas?
Frecuento casi cotidianamente el ensayo, para hablar de cuanto leo y descubro. Los poemas tienen otro modo de proceder, no sólo porque se escriben de otra manera. 
Mis ensayos quieren acercarse a la forma en la que hablo, por lo que son, digamos, más sueltos; los poemas trabajan al revés: por naturaleza, poseen un rigor y una tensión internos, que es donde está su mayor dificultad. Las palabras de los poemas tienen, además, la secreta aspiración de quedarse, de permanecer. No me refiero a su sobrevivencia, por supuesto, sino a su efecto, como lenguaje vivo que son, en el oído de quien lee o escucha. Uno de los poemas de Oscuro escarabajo, “El lunar de tu pecho”, empieza así:
        
  El lunar de tu pecho
  sube y baja
                     al ritmo acompasado
   de tus emociones:
                               sosegado, en la cama, a la mañana
   siguiente del abrazo amoroso
   parece que flotara
   sobre la piel de un mar
                                       mecido en calma;

Quiero referirme a la segunda parte del tercer verso, la que he subrayado: como en el ensayo, también aquí la lengua pretende fluir, pero a la vez tiene el deseo de sostenerse siquiera un momento después de su lectura. Por eso el poema dice: “sosegado, en la cama, a la mañana”, haciendo énfasis en la vocal acentuada a, que de la palabra “cama” salta a la palabra “mañana” y luego vuelve a aparecer en los siguientes versos (“flotara”, “mar”, “calma”). 
Por la misma razón, en ese lugar se produce aquel corte de verso que los poetas llamamos encabalgamiento: este recurso, el corte repentino, el instante en que ignoramos lo que va a suceder a continuación, todo ello ayuda a que la a quede reverberando una fracción de segundo en el oído. El poema quiere hacer que la lengua permanezca resonando, una vez que ha sido enunciada. Poco o nada tienen que ver estas consideraciones para la escritura del ensayo, género que posee sus propias reglas. Quizás podamos referirnos a ellas cuando aparezca el libro que va a reunir los ensayos que han aparecido en mi blog.

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La presentación de Oscuro escarabajo será el sábado 26 de enero próximo, a las doce del mediodía, en la Galería López Quiroga. Presentan David Huerta y Francisco Magaña.

Más sobre mi nuevo libro en este blog: 
Primer ejemplar, https://bit.ly/2SWcER8



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