viernes, 16 de marzo de 2018

Una frase polémica de Peter Brook

Libro hermoso, particularmente estimulante para todos los que nos interesamos en el teatro, es El espacio vacío (1968) de Peter Brook. Lo leí por recomendación de mi amiga Brenda Escobedo hace un par de años y desde entonces he regresado a sus páginas en dos o tres ocasiones, ya sea para releer lo que el dramaturgo inglés dice sobre Artaud o Beckett, o para intentar entender mejor esos conceptos suyos tan sugerentes como el del teatro “mortal”, el “tosco” o el “inmediato”.
Brenda Escobedo con el actor español José Luis Gómez
al final de una representación de La Celestina,

cuya dramaturgia fue firmada por ambos.
Madrid, febrero de 2017. Foto: FF
Una frase del libro, sin embargo, me incomodó desde la primera lectura. La utiliza Brook para hacer una analogía que concluye con estas palabras: “Cuando buenos actores interpretan malas comedias o revistas musicales de segunda categoría, cuando el público aplaude mediocres puestas escénicas de los clásicos simplemente porque le agradan los trajes o los cambios de decorados o la belleza de la primera actriz, no hay nada malo en esa actitud. Sin embargo ¿se ha tomado conciencia de lo que hay debajo del juguete que se arrastra con una cuerda? Lo que hay debajo es una rueda”.
Es decir: cuando se hace ese tipo de teatro o se produce ese género de efectos entre quienes lo presencian, se echa mano de un juguete arrastrándolo con una cuerda, cuando ese mismo juguete tiene debajo un inmenso potencial: nada menos que una rueda que podría hacerlo mucho ligero, grácil y efectivo. La diferencia supone el salto gigantesco que hay entre arrastrar una mole o simplemente liberarla, echándola a rodar.
Imagen de uno de los primeros ensayos en foro de Medea, de Heiner Müller.
Puesta en escena de Sergio Vela. Foto: FF
El problema es que Brook previamente se ha servido de un ejemplo que resulta molesto porque parte de una información falsa o amañada. No tiene que saber el gran director teatral que lo que dice no es verdad, o que hay tantos matices detrás de ello que sus palabras pierden algo de su encanto. Antes del párrafo que hemos visto, ofrece un contexto histórico sobre el que va a basar su analogía y dice esta pequeña barbaridad:
“En México, antes de la invención de la rueda, los esclavos tenían que acarrear gigantescas piedras a través de la selva y subirlas a las montañas, mientras sus hijos arrastraban sus juguetes sobre minúsculos rodillos. Los esclavos construían los juguetes, pero durante siglos no consiguieron establecer la conexión”.

El Señor de Anaité. Monumento 155. Toniná, Chiapas. Clásico tardío (600-900, d.C.). Piedra caliza. Foto: FF
No se me ha ocurrido mejor idea que consultar a dos de las máximas autoridades en los temas mesoamericanos antiguos, Alfredo López Austin y Eduardo Matos Moctezuma. A ellos les dirijo un correo electrónico para preguntarles si Peter Brook tiene razón: ¿es cierto lo que dice la frase? ¿Hay que fiarse de esa afirmación? ¿Qué pueden responderme? (Le escribo también a mi amigo Leonardo López Luján, quien me remite a un artículo de Javier Urcid aparecido en el número 147 de Arqueología Mexicana del que me ocuparé más adelante.) El conocimiento y la amabilidad de ambos expertos, que agradezco también en público, me permite evaluar de mejor manera la frase. Su respuesta unánime es, desde luego, negativa; pero veamos los argumentos. 
Antes, todavía una palabra sobre el libro de Brook: este asunto sin mayor trascendencia no llega a ser siquiera un lunar en la piel de un libro tan hermoso y sugerente como el suyo. Y algo más: admitiremos que la frase, que resulta efectiva para los lectores, puede seguir excitando la imaginación de cuantos se decidan a intentar penetrar en los misterios del arte teatral. Finalmente es literatura y la literatura funciona con frecuencia de esa manera, acudiendo a veces a lo verosímil antes que a lo verdadero, como explica el filósofo clásico. Sin embargo, también es cierto que nunca viene mal un poco de información certera y fresca, para saber que las imaginaciones que leemos, aun con convencimiento y entusiasmo, no siempre corresponden con la verdad.
Respuesta de Alfredo López Austin
Querido Fernando: Hay algunas imprecisiones en la cita que me mandas.
1. No se tiene seguridad de que los escasos y muy localizados “juguetes” con ruedas hayan sido juguetes.
2. Los “juguetes” no rodaban sobre minúsculos rodillos, sino sobre ruedas que giraban sobre brevísimos ejes que son prolongaciones de sus plataformas.
3. Las grandes piedras eran acarreadas sobre rodillos y, donde era posible, sobre balsas por vías acuáticas en pantanos o lagos que podían haber sido unidos por canales. Las ruedas con eje no hubieran resistido el peso.
4. Los carros provistos de ruedas con ejes son propios de culturas con animales de tiro. Aquí no los había.
5. No existe ninguna base para decir que quienes acarreaban las piedras y construían edificios eran esclavos. Mucho menos, que eran esclavos los que hacían los “juguetes”. Si la respuesta requiriera ampliación o aclaración, por favor dímelo.
Te mando un abrazo. Alfredo

Respuesta de Eduardo Matos Moctezuma
Caro Fernando: Creo que el señor Brook está equivocado. En primer lugar, no podemos hablar de esclavos pues estos no existían, por lo menos como se consideraban en la antigua Roma, sino grupos tributarios o gente de la población que contribuían en las magnas labores de las ciudades. En segundo lugar, el principio de la rueda era conocido y, en efecto, especialmente en el centro de Veracruz se elaboraron perritos sobre una pequeña plataforma de barro con ruedas para que rodaran, pero no se aplicó como medio de transporte ya que no había animales de tiro y carga como en Europa u otras latitudes, por lo que se utilizaba al hombre mismo para trasportar cargas, etc...
Un fuerte abrazo.

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El retrato de Alfredo López Austin es de María Luisa Severiano y lo tomo del portal en línea de La Jornada; el de Matos Moctezuma, pertenece al archivo de la revista Proceso; la foto en la que aparecen los dos es de Alejandra Leyva, de El Universal. Tomo la foto de Peter Brook de la red.

Más sobre teatro en este blog:
De regreso al teatro, http://bit.ly/2DxwucK
La Ruta del Teatro, http://bit.ly/2G9VI3e
La colaboración, de Sergio Vela, http://bit.ly/2onOobd
Cuando fui el Narrador, http://bit.ly/2rCRdqg
La lengua de La Celestina, a escena, http://bit.ly/2pjD0RK
Textos para La mujer sin sombra de Richard Strauss, http://bit.ly/1IraPP6


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