Como no podré ver tampoco ahora la exposición, a tantos kilómetros de distancia de la ciudad
cervantina, deberé de conformarme con repasar sus páginas por enésima ocasión.
Con un añadido sabroso: darme el gusto de elegir algunos de mis retratos
preferidos, de las varias decenas que conforman la exposición, para compartirlos con los
amigos que se asoman a este cuaderno en línea.
![]() |
Galdós, retratado por Salazar en 1917. |
Tratándose de un generoso
recorrido por la fotografía de escritores desde los albores del Romanticismo en
España –o desde la invención del daguerrotipo, que al parecer es lo
mismo– hasta lo que se llamó la Generación de 1914, la exposición da para hilar
largamente.
Unos cuantos detalles, a vuelapluma: para empezar, la frase con que abre el primer capítulo: el que todavía humeara la pistola con que se mató
Larra cuando se divulgaron los primeros resultados del invento, lo que quiere
decir que no tenemos ni una sola foto de él. O el que solamente exista un puñado de retratos de
Bécquer (en el libro no se aclara cuántos), aunque la mejor imagen que conservemos de él quizás no sea una foto sino el retrato al óleo que le hizo su hermano
Valeriano (arriba de estas líneas).
Por el encuadre, por el lugar desde el que ha sido tomada, por el valor que el personaje tiene para mí, una de las fotos
que más me gustan del libro es la de Menéndez Pelayo en el momento en que llega a su
casa de Santander, en 1905 (es una lástima no encontrarla en línea, para incluirla como se debe en esta entrega de Siglo en la brisa… La reproduzco con mi celular:).
En El rostro de las letras aparece, cómo no, uno de los más hermosos
retratos de toda la literatura española, aquel celebérrimo que Alfonso le hizo a Antonio Machado en
1934 en el café de las Salesas (esa imagen debería de merecer una entrada en
este blog). Aquí, a continuación, una
brevísima serie de (apenas) seis de las imágenes que conforman la exposición y que aparecen en el libro,
entresacadas de las que encuentro en la red. Los pies de foto son los mismos
que aparecen en el libro.
Azorín
Pío Baroja y Azorín fueron
los últimos supervivientes de la Generación del 98. Baroja llevó una existencia catacumbal en sus
últimos años. Azorín se convirtió en un anciano enjuto y pusilánime, que sólo
salía de su casa de la calle Zorrilla para ir al cine. En [uno de] sus paseos [lo]
sorprendió el gran fotógrafo Nicolás Muller en 1950. (Archivo Muller)
Baroja
Retrato realizado [de Pío Baroja, hecho] por el
fotógrafo Vicente Moreno, en el estudio del pintor Echeverría, hacia 1930. [Ese
mismo fotógrafo, en ese mismo lugar, retrató a Unamuno y a Valle-Inclán].
Galdós
Don Benito en el patio de
su casa madrileña de la calle Hilarión Eslava. 1915 (Colección López Salvá).
Machado
Antonio Machado en el café
de las Salesas, el 8 de mayo de 1934 [fotografiado por Alfonso]. La toma
completa se publicó en el diario madrileño La
Libertad en su edición del 14 de mayo, ilustrando al entrevista que la
había hecho al poeta la periodista Rosario del Olmo. (Colección Pedro Fernández
Melero.)
Unamuno
En sus últimos años, a
Unamuno le asaltaban ansias de reposo. Después de la firma preceptiva en la
Universidad, se echaba en la cama con un libro y, antes de comer, aún le
quedaba tiempo para dar un paseo. Esta fotografía, tomada por Ansede, se
publicó en la revista Estampa el 29 de septiembre de 1934. (Foto de Ansede.
Filmoteca de Castilla y León.)
Valle
Inclán
[Mismo pie que la imagen de
Baroja] Retrato [de Valle-Inclán] realizado por el fotógrafo Vicente Moreno, en el estudio del
pintor Echeverría, hacia 1930. [Ese mismo fotógrafo, en ese mismo lugar,
retrató a Unamuno y a Baroja].
_________________
El libro se llama El rostro de las letras. Escritores y
fotografía desde el Romanticismo hasta la Generación de 1914 y está firmado por el
académico de Bellas Artes Publio López Mondéjar (Ediciones Del Azar, 2014). Antes
de llegar a Alcalá de Henares, la exposición estuvo en Madrid, Salamanca,
Cuenca y Málaga.
La exposición española y el
libro que la acompaña llevan el mismo nombre que la serie de retratos de
escritores de mi amigo el fotógrafo mexicano Rogelio Cuéllar. A la derecha de
esta nota, el retrato de Álvaro Mutis que forma parte de su libro El rostro de las letras, editado
en 2015 por María Luisa Passarge (La Cabra Ediciones).
No hay comentarios:
Publicar un comentario