Mis amigas editoras de Este País, Julieta García, directora, y Claudia Benítez,
responsable del suplemento cultural, me propusieron contestar a un cuestionario a
propósito de la aparición de Oscuro
escarabajo.
La pequeña entrevista apareció en
el número de noviembre de esa publicación, acompañada del poema que da título al
libro. Comparto esos materiales con quienes siguen este blog. Agradezco, por supuesto, a ellas el generoso espacio en la revista y aprovecho la ocasión para anunciar que el libro se presentará el próximo sábado 26 de enero, a las doce del mediodía, en la Galería López Quiroga.
Oscuro escarabajo
A
Beatriz
Te
prometo,
pequeño
escarabajo
que
descubro en mi mesa
al
regresar de un viaje,
réplica
exacta casi
de
uno de esos oscuros
escarabajos
que los viejos
egipcios
colocaban en el pecho de las momias
para
que el día del Juicio
no
fuera el corazón a alzar contra el difunto
adverso
testimonio–;
te
prometo,
extraño
escarabajo inesperadamente
hallado
entre mis cosas,
tallado
igual que aquellos otros
con
un hermoso epígrafe cuyo significado desconozco,
te
prometo que te colocaré
cerca
de mí
y allí he de mantenerte bien
visible,
como
un recordatorio,
en
un sitio eminente en mi escritorio,
para
que todo lo que diga
o
escriba salga límpido del fondo
de
mi corazón;
y de esa forma, extraño
y
mínimo, y oscuro escarabajo,
delante
del tribunal
que
ha de juzgarme al irme de este mundo,
cuando
mis actos sean analizados,
y
mi declaración
estudiada
al trasluz,
y examinadas una a una mis palabras,
no
tengas, ni tú mismo
ni
otro idéntico a ti,
que
vigilar
el
testimonio de mi corazón ni temas
que
pueda desdecirme.
Cuestionario
1.
¿Por qué tardaste tanto en publicar un nuevo libro de poemas?
Los ocho años que han transcurrido entre 2010, cuando
publiqué mi último libro de poemas, y la aparición de Oscuro escarabajo, no son tanto tiempo para mí. De las relaciones
que sostengo con mi entorno, las que pasan por las palabras son las que más
disfruto y me estimulan, y la poesía es el lugar en donde esa experiencia
ocurre con mayor intensidad.
Sin embargo, los poemas casi nunca salen completos
ni me dejan satisfecho. Hace mucho aprendí a no forzar las cosas y por eso en
casi treinta años no he publicado más que una plaquette, dos pequeños libros y un poema suelto. Mi plaquette de 1990, El ciclismo y los clásicos, respondió a la invitación de mi amigo y
primer editor, Luis Mario Schneider; Ora
la pluma formó parte de un proceso de rectificación a una vida, la mía, que
para 1999 me pareció que había extraviado el rumbo; cuando publiqué Palinodia del rojo, en 2010, libro que
reúne apenas 16 poemas escritos a lo largo de once años, pensé que publicaba mi
despedida del género, o en todo caso la última manifestación de mi deseo de
aferrarme a él; con esa misma sospecha en mente di a conocer en 2016 Chirimoya, el único poema que había
escrito durante el último lustro.
Afortunadamente cuando más lo necesitaba descubrí
las sabias palabras de Auden: ante sus propios ojos, un poeta “sólo lo es
cuando hace la última corrección de un nuevo poema, ya que antes de eso sólo
era un poeta en potencia y después es alguien que dejó de escribir poesía,
quizás para siempre”. Con una salvedad, Oscuro
escarabajo, mi nuevo libro, reúne 26 trabajos escritos en un corto lapso
(entre 2015 y 2016), algo excepcional en mi experiencia con la poesía, por lo
cual es mi primer libro de poemas que surge como un hecho unitario y autónomo.
2.
Tienes un blog, ¿por qué seguir
publicando en papel?, ¿cuál es la diferencia que ves?
Me parece que son vías distintas, complementarias.
Una no contradice a la otra. Mi blog
me ha permitido escribir y publicar todas las semanas de la última década con
la independencia absoluta que es vital para mi forma de ser. Con todo, aunque
leo y escribo en línea, mi mundo está en el papel impreso. El año entrante se
cumplirán diez años de la fundación de Siglo
en la brisa y lo celebraré con la publicación de un libro para el cual ya
hay editor. Estoy seguro de que las 250 páginas que tendrá Viaje alrededor de mi escritorio, que es como va a llamarse el
libro, serán algo distinto pero también complementario de lo que ha sido mi
cuaderno en línea.
3.
También eres ensayista, ¿cómo se mezclan estas dos formas de creación?, ¿cómo
las combinas?
Frecuento casi cotidianamente el ensayo, para hablar
de cuanto leo y descubro. Los poemas tienen otro modo de proceder, no sólo
porque se escriben de otra manera.
Mis ensayos quieren acercarse a la forma en la que hablo, por lo que son, digamos, más sueltos; los poemas trabajan al revés: por naturaleza, poseen un rigor y una tensión internos, que es donde está su mayor dificultad. Las palabras de los poemas tienen, además, la secreta aspiración de quedarse, de permanecer. No me refiero a su sobrevivencia, por supuesto, sino a su efecto, como lenguaje vivo que son, en el oído de quien lee o escucha. Uno de los poemas de Oscuro escarabajo, “El lunar de tu pecho”, empieza así:
Mis ensayos quieren acercarse a la forma en la que hablo, por lo que son, digamos, más sueltos; los poemas trabajan al revés: por naturaleza, poseen un rigor y una tensión internos, que es donde está su mayor dificultad. Las palabras de los poemas tienen, además, la secreta aspiración de quedarse, de permanecer. No me refiero a su sobrevivencia, por supuesto, sino a su efecto, como lenguaje vivo que son, en el oído de quien lee o escucha. Uno de los poemas de Oscuro escarabajo, “El lunar de tu pecho”, empieza así:
El lunar de tu pecho
sube y baja
al ritmo acompasado
de tus emociones:
sosegado,
en la cama, a la mañana
siguiente del abrazo
amoroso
parece que flotara
sobre la piel de un mar
mecido en calma;
Quiero
referirme a la segunda parte del tercer verso, la que he subrayado: como en el
ensayo, también aquí la lengua pretende fluir, pero a la vez tiene el deseo de
sostenerse siquiera un momento después de su lectura. Por eso el poema dice:
“sosegado, en la cama, a la mañana”, haciendo énfasis en la vocal acentuada a, que de la palabra “cama” salta a la
palabra “mañana” y luego vuelve a aparecer en los siguientes versos (“flotara”,
“mar”, “calma”).
Por la misma razón, en ese lugar se produce aquel corte de
verso que los poetas llamamos encabalgamiento: este recurso, el corte
repentino, el instante en que ignoramos lo que va a suceder a continuación,
todo ello ayuda a que la a quede
reverberando una fracción de segundo en el oído. El poema quiere hacer que la
lengua permanezca resonando, una vez que ha sido enunciada. Poco o nada tienen
que ver estas consideraciones para la escritura del ensayo, género que posee
sus propias reglas. Quizás podamos referirnos a ellas cuando aparezca el libro
que va a reunir los ensayos que han aparecido en mi blog.
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La presentación de Oscuro escarabajo será el sábado 26 de enero próximo, a las doce del mediodía, en la Galería López Quiroga. Presentan David Huerta y Francisco Magaña.
Más sobre mi nuevo libro en este blog:
Más sobre mi nuevo libro en este blog:
Cazadora, https://bit.ly/2N7Hu5v
Imprenta, https://bit.ly/2OvdNM5
Primer
ejemplar, https://bit.ly/2SWcER8
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