Aproveché la visita a la más reciente exposición fotográfica de mi amiga Martirene
Alcántara, en los Talleres de Luis Barragán, en Tacubaya, para echar un vistazo a los
jardines que Alberto Kalach proyectó recientemente para ese espacio.
|
Martirene Alcántara abraza a su amiga la curadora Sofía Martínez del Campo. |
La idea de la Fundación que vigila el patrimonio del gran arquitecto
jalisciense es volver a dar al jardín algo de lo que tuvo en vida de Barragán. Igual
que una biblioteca, un jardín es un proyecto a largo plazo. Por esa razón me pareció
buena idea tomar algunas fotografías de su estado actual, ahora que no han
pasado ni dos meses desde que fue rediseñado (con todo propósito uso este verbo
caído en cierto descrédito porque me gusta recordar que proviene de disegnare, que en italiano significa
“dibujar”). La idea de todo el asunto es contar con un punto de referencia para
el futuro, cuando el jardín se despliegue en todo su esplendor. En cinco o diez años podremos ver estas fotografías para saber cómo comenzó
la historia de este jardín.
|
Kalach, entre otros amigos, en el centro de la foto, el día que presentamos el libro Croquis de Carlos Mijares, en los Talleres de Luis Barragán, en enero de este año. |
Tal como Alberto me hace ver, Barragán era fiel a una cierta “paleta
botánica”; con fidelidad a esa paleta, pero al mismo tiempo ampliándola, como
quien estudia una intención y la enriquece, Kalach ha colocado (o respetado) colorines, fresnos,
tepozanes, truenos y una higuera; además, ha plantado jazmines amarillos, clivias, azucenas, floripondios y helechos arborescentes.
He aquí algunas imágenes del nuevo proyecto, oloroso todavía a su renovado
dibujo genésico.
|
Mi amigo Pablo Rulfo bromea en el jardín de Tacubaya, el día de la inauguración de la exposición de Martirene. |
__________________
Más sobre Kalach en este blog:
No hay comentarios:
Publicar un comentario