Siglo en la brisa: Madrina: fotos recientes

Dice bien mi colega María de Guerra: uno podría pasarse el día entero contemplándolos. Quien tiene la suerte de convivir con un gato sabe a qué se refiere mi amiga poeta. Prácticamente no hay día que no active la función de cámara de mi teléfono celular para hacerle una foto a Madrina, la hermosa gatita que vive conmigo hace poco más de dos años y medio: echada en el suelo de mi estudio; subida al horno de microondas; asomada a la puerta entreabierta de mi cuarto; encima de los libros de mi escritorio; trepada a lo alto del librero. Cuando la estampa es especialmente bonita o curiosa, corro por la cámara, que tengo siempre a mano, y le hago unas cuantas imágenes hasta que cambia de lugar o de postura. De cuando en cuando, incluso, si estoy lo suficientemente alerta, la pesco en medio de un bostezo.

La próxima semana, la hermosa Madrina (antes Melibea) (antes Luna) cumple dos años y por eso le dedico esta entrega de Siglo en la brisa. Para los amigos que preguntan por qué me refiero a ella de esta forma, he aquí una explicación: en las páginas de Facebook creadas para dar seguimiento a los gatos adoptados se tiene por costumbre referirse a ellos con el nombre con que los bautizamos, como hace todo el mundo –Madrina, en el caso de mi gatita–, pero se suele añadir como referencia el que tenían cuando nos los entregaron –en nuestro caso, Luna–. Yo, por mi lado, aprovecho para intercalar el celestinesco nombre que tuvo Madrina las primeras semanas que estuvo conmigo, antes de ser bautizada con su nombre definitivo, que es con el que me refiero a una de mis pequeñas ahijadas.

Mi madrina María José, este mismo año,
el día que celebramos sus primeros 12.

Entresacadas de las decenas que le he tomado a lo largo de los últimos meses, quienes siguen este blog encontrarán a continuación un puñado mínimo de las imágenes que más me gustan de la leal compañera con la que convivo día a día.