Me llamó la atención que en el catálogo de la Biblioteca
Nacional apareciera registrada una Gatomaquia
de Vicente Rojo. Estaba buscando ediciones del gran poema de Lope de Vega,
antes de escribir la presentación para la edición de La Dïéresis que vio la luz el año
pasado. Por supuesto, me dejé seducir por la posibilidad de que el brillante diseñador y artista plástico mexicano hubiera ilustrado el riquísimo poema español del siglo XVII.
Vicente Rojo en su estudio, el 13 de septiembre de 2013. La foto es mía. |
El prólogo, anunciaba la ficha, era de José Emilio Pacheco, lo
que hizo crecer mi interés con un añadido inesperado. Y es que, en
general, la poesía del Siglo de Oro español no fue una lectura predilecta de los poetas mexicanos del siglo XX, o no de manera que se sienta su influencia (y menos en la generación de Pacheco, más interesada e infinitamente más influida por la poesía norteamericana). Al ver los datos de
ubicación del volumen, advertí que el único ejemplar estaba en el
Fondo Reservado, lo que acrecentó todavía más mi curiosidad. Fui hasta allá.
Tuve que formalizar por escrito mi petición y aguardar unos minutos antes de tener el libro en las manos. Cuando por fin me lo entregaron sufrí una pequeña
decepción, acompañada de una satisfacción que tampoco estaba entre mis
expectativas.
Para felicitar las fiestas navideñas y desear un feliz 1962, a finales de 1961 la
Imprenta Madero regaló la edición que motiva este post: en ella, Rojo recogió una imaginativa serie de gatos que había
ido publicando en México
en la Cultura, el suplemento que acababa de dejar Fernando Benítez. En el
prólogo a esa edición, Pacheco traza una brevísima genealogía literaria felina con el único interés de llegar
a Baudelaire; aunque menciona de pasada a Lope, no dedica ni una palabra a La Gatomaquia, el gran poema cuyo título agrupa la serie de Vicente Rojo.
El propósito de esta entrega de Siglo en la brisa es publicar las modestas imágenes que hice
en aquella ocasión con mi teléfono celular, para satisfacer la curiosidad de quienes siguen
este blog. Reproduzco, por cierto, las dos páginas donde está el prólogo de Pacheco, por si alguien quiere volver a leerlo completo. (En la foto de arriba, que es de Jonathan López Romo, puede verse el ejemplar que el poeta regaló a su amigo Carlos Monsiváis y que estos días exhibe la Biblioteca de México de La Ciudadela). ¿Cuál es el más simpático
de los graciosos gatos de Vicente Rojo que aparecen en esta rara edición que estos días cumple 55 años? ¿El
Gato Felguérez, quizás? ¿El Gironella? ¿El Gato Jugando al Trenecito? Juzgue
por sí mismo el lector.
Ejemplar de Gatomaquia de Vicente Rojo, dedicado por José Emilio Pacheco a Carlos Monsiváis. Se exhibe estos días en la Biblioteca de México. Foto: Jonathan López Romo. |
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